¿Quién no ha querido a un perro? Son fieles, nobles como ningún amigo, tienes la certeza de que nunca te traicionarán, no hay mejor compañía y siempre te lamerán la mano cada vez que le des de comer. Así era Cecilio, apodado por sus camaradas escolares como "Boby", pues tenía todas las cualidades del mejor amigo del hombre. El joven bonachón tenía carisma y todos sus compañeros disfrutaban de su compañía, era amistoso pero muy respetuoso, todo un caballero. Al poco tiempo mucha gente en la escuela lo saludaba, tanto alumnos como maestros pasaban un buen rato conviviendo con Boby... el buen Boby.
Romántico a la antigüita, reservado con las féminas, experto en los sueños que llevan al insomnio y buen amigo de las ilusiones y la imaginación. Así era él, todas las noches se imaginaba teniendo a alguien que se preocupara por el, alguien para compartir sus anhelos e ideales, alguien que lo mimara, que aniquilara la soledad que le rodeaba, que le enseñara a montar bicicleta y que avivara el fuego de sus ojos.
Su madre presumía de tener al mejor hijo del mundo. Su padre y su hermano menor, sus mas allegados confidentes, amigos, consejeros y los mejores hombros que tenía Boby para recargar su cabeza al llorar. He visto el distanciamiento entre integrantes de una familia debido a la falta de comunicación, nadie se cuenta sus problemas, son como extraños viviendo juntos, pero este no era el caso de la familia de Boby, ¡Que mejor que tener a tus mejores amigos en casa!
Es increíble la venda que cubre los ojos de la gente, la estupidez nos obliga a tomar siempre el camino equivocado, a actuar en el momento menos indicado, y lo más doloroso, elegir a la persona que nos lastimará más: es casi una regla de la vida. Como si estuviéramos condenados a ser unos desgraciados obligados a maldecir cada segundo en que la falta de locura y la realidad se adueña de nuestra mente y nuestro corazón.
Boby tenía un buen amigo en el colegio, “Bravo” apodado así por el personaje caricaturesco Jony Bravo, pues todos los días vestía igual: playera negra y pantalón de mezclilla azul. Boby admiraba a Bravo, pues este último tocaba en una banda de Rock y tenía cierta suerte con las mujeres.
- Amigo mío, ¿Notaste la manera en que te miró la bella mujer que acaba de pasar a tu lado?– Preguntaba Boby a su amigo una tarde en la universidad.
- Simón, pero me vale madres, esa vieja no me gusta – Contestó Bravo demostrando el desprecio hacía la mujer que lo acababa de devorar con la mirada.
Boby quedó impresionado, la belleza de la mujer le parecía sobrenatural, en ese momento comenzó a imaginar la suavidad de su piel blanca, el aroma de su cabello y el calor de su vientre. “¡Que maravilla! ¡Que delicia! ¡Que mujer! ¡Que blancura!” se repetía Boby saboreándose en sus adentros los placeres que produciría el amor de aquella Afrodita.
- Padre mío, amado hermano... es indescriptible el amor que se desborda de mi corazón hacía aquel ser bípedo que me saca suspiros en las madrugadas y hace nacer el hombre grande y amoroso que traigo dentro, hipnotizado por la luz que irradia la blancura de su piel, el menear de sus caderas y el rebote de sus senos al caminar. ¡Ella tiene que ser mía! Y ustedes, sangre de mi sangre, me tienen que ayudar, saben que las mujeres no son mi fuerte, pero he visto muchas películas rosas y telenovelas del canal de las estrellas, y si es verdad todo lo que ahí pasa, no habrá problemas, claro, siguiendo mis planes, de que ella me entregue su corazón... Ya lo estoy vislumbrando, los dos besándonos a mitad del patio de la escuela, todos mis compañeros y maestros aplaudiéndonos y gritando a Dios y a los cuatro vientos nuestro amor, ¡Será el día mas feliz que cualquier hombre sobre la faz de la tierra haya vivido! Se que ustedes me quieren y desean mi felicidad incluso mas que yo, por eso estoy confiado que puedo contar con ustedes para llevar a cabo tan magnifico plan. Nada puede salir mal.
Boby contó su plan a su padre y hermano y a las pocas semanas, un salón de clases vacío se encontraba cerrado, se habían desconectado las lámparas y tenía cubiertas las ventanas con mantos de seda negra, de manera que la poca luz que alumbraba el salón provenía de grandes velas aromáticas ámbar que hacían resaltar los pétalos de rosas que delicadamente alfombraban el lugar, dando un ambiente romántico lleno de paz y magia. Las personas miraban asombradas lo que sucedía y sólo los amigos más cercanos de Boby sabían de qué se trataba. Cuando la hermosa mujer en cuestión se acercó para ver que pasaba, una bella melodía que provenía de la guitarra que tocaba el hermano menor hizo puntual aparición. Ante el asombro de toda la gente, apareció Boby intentando acompañar con voz la melodía que su hermano tocaba, cantando (o intentando cantar) una de las canciones mas cursis y melosas que se han escrito en jamás: “Vivo” de Fobia. La mujer de piel blanca, atónita, con los ojos más abiertos que nunca, se dio cuenta que lo ahí preparado era para ella, no pudo evitar soltar una leve carcajada, que al igual que los demás reían pues el canto nunca fue un don que se le diera a Boby. Terminado el show, el buen mozo invitó a pasar al salón tan particularmente decorado a su amada. El padre de Boby aguardaba al lado de una mesa con manteles largos, donde posaban gran variedad de finos platillos suculentos y una botella llena de un vino que parecía haber sido preparado y fermentado por los dioses. Así es, la familia de Boby había tirado la casa por la ventana con tal de complacer el original capricho del hijo mayor.
El padre de Boby sirvió el vino en dos copas y salió del salón, cerro la puerta y esperó afuera con toda le gente que nunca había presenciado un acto de amor tan romántico. Aquello parecía el final de una asquerosa película: los espectadores esperaban que la feliz pareja saliera tomados de la mano y sonrientes anunciaran el inicio de un hermoso noviazgo, pero la venda que cubre los ojos humanos se haría presente, la mujer de piel blanca salió a los tres minutos todavía riendo y huyó inmediatamente del lugar. Los familiares y amigos miraron una escena dramática y catastrófica: vieron la primera lágrima que Boby derramaba causado por el doloroso y maldito rechazo.
A la mujer de piel blanca, Boby sacó inmediatamente de su corazón, al poco tiempo sostenía un tórrido romance con la mujer que le cortaba el cabello ocasionalmente. Estaban muy enamorados, Boby hablaba de ella como la más maravillosa y bella mujer que había conocido, presumía que se amaban desesperadamente y que hacían el amor como caracoles que se retuercen en sal a la luz del medio día. Boby por fin era completamente feliz y permanecería así por el resto de su vida. Ningún amigo o familiar de Boby vio alguna vez a la deseada y bella peluquera, es más, nadie en el mundo la ha visto, por que solo vive en la imaginación de Boby...
By Ezze F*ckin Osbourne.
Romántico a la antigüita, reservado con las féminas, experto en los sueños que llevan al insomnio y buen amigo de las ilusiones y la imaginación. Así era él, todas las noches se imaginaba teniendo a alguien que se preocupara por el, alguien para compartir sus anhelos e ideales, alguien que lo mimara, que aniquilara la soledad que le rodeaba, que le enseñara a montar bicicleta y que avivara el fuego de sus ojos.
Su madre presumía de tener al mejor hijo del mundo. Su padre y su hermano menor, sus mas allegados confidentes, amigos, consejeros y los mejores hombros que tenía Boby para recargar su cabeza al llorar. He visto el distanciamiento entre integrantes de una familia debido a la falta de comunicación, nadie se cuenta sus problemas, son como extraños viviendo juntos, pero este no era el caso de la familia de Boby, ¡Que mejor que tener a tus mejores amigos en casa!
Es increíble la venda que cubre los ojos de la gente, la estupidez nos obliga a tomar siempre el camino equivocado, a actuar en el momento menos indicado, y lo más doloroso, elegir a la persona que nos lastimará más: es casi una regla de la vida. Como si estuviéramos condenados a ser unos desgraciados obligados a maldecir cada segundo en que la falta de locura y la realidad se adueña de nuestra mente y nuestro corazón.
Boby tenía un buen amigo en el colegio, “Bravo” apodado así por el personaje caricaturesco Jony Bravo, pues todos los días vestía igual: playera negra y pantalón de mezclilla azul. Boby admiraba a Bravo, pues este último tocaba en una banda de Rock y tenía cierta suerte con las mujeres.
- Amigo mío, ¿Notaste la manera en que te miró la bella mujer que acaba de pasar a tu lado?– Preguntaba Boby a su amigo una tarde en la universidad.
- Simón, pero me vale madres, esa vieja no me gusta – Contestó Bravo demostrando el desprecio hacía la mujer que lo acababa de devorar con la mirada.
Boby quedó impresionado, la belleza de la mujer le parecía sobrenatural, en ese momento comenzó a imaginar la suavidad de su piel blanca, el aroma de su cabello y el calor de su vientre. “¡Que maravilla! ¡Que delicia! ¡Que mujer! ¡Que blancura!” se repetía Boby saboreándose en sus adentros los placeres que produciría el amor de aquella Afrodita.
- Padre mío, amado hermano... es indescriptible el amor que se desborda de mi corazón hacía aquel ser bípedo que me saca suspiros en las madrugadas y hace nacer el hombre grande y amoroso que traigo dentro, hipnotizado por la luz que irradia la blancura de su piel, el menear de sus caderas y el rebote de sus senos al caminar. ¡Ella tiene que ser mía! Y ustedes, sangre de mi sangre, me tienen que ayudar, saben que las mujeres no son mi fuerte, pero he visto muchas películas rosas y telenovelas del canal de las estrellas, y si es verdad todo lo que ahí pasa, no habrá problemas, claro, siguiendo mis planes, de que ella me entregue su corazón... Ya lo estoy vislumbrando, los dos besándonos a mitad del patio de la escuela, todos mis compañeros y maestros aplaudiéndonos y gritando a Dios y a los cuatro vientos nuestro amor, ¡Será el día mas feliz que cualquier hombre sobre la faz de la tierra haya vivido! Se que ustedes me quieren y desean mi felicidad incluso mas que yo, por eso estoy confiado que puedo contar con ustedes para llevar a cabo tan magnifico plan. Nada puede salir mal.
Boby contó su plan a su padre y hermano y a las pocas semanas, un salón de clases vacío se encontraba cerrado, se habían desconectado las lámparas y tenía cubiertas las ventanas con mantos de seda negra, de manera que la poca luz que alumbraba el salón provenía de grandes velas aromáticas ámbar que hacían resaltar los pétalos de rosas que delicadamente alfombraban el lugar, dando un ambiente romántico lleno de paz y magia. Las personas miraban asombradas lo que sucedía y sólo los amigos más cercanos de Boby sabían de qué se trataba. Cuando la hermosa mujer en cuestión se acercó para ver que pasaba, una bella melodía que provenía de la guitarra que tocaba el hermano menor hizo puntual aparición. Ante el asombro de toda la gente, apareció Boby intentando acompañar con voz la melodía que su hermano tocaba, cantando (o intentando cantar) una de las canciones mas cursis y melosas que se han escrito en jamás: “Vivo” de Fobia. La mujer de piel blanca, atónita, con los ojos más abiertos que nunca, se dio cuenta que lo ahí preparado era para ella, no pudo evitar soltar una leve carcajada, que al igual que los demás reían pues el canto nunca fue un don que se le diera a Boby. Terminado el show, el buen mozo invitó a pasar al salón tan particularmente decorado a su amada. El padre de Boby aguardaba al lado de una mesa con manteles largos, donde posaban gran variedad de finos platillos suculentos y una botella llena de un vino que parecía haber sido preparado y fermentado por los dioses. Así es, la familia de Boby había tirado la casa por la ventana con tal de complacer el original capricho del hijo mayor.
El padre de Boby sirvió el vino en dos copas y salió del salón, cerro la puerta y esperó afuera con toda le gente que nunca había presenciado un acto de amor tan romántico. Aquello parecía el final de una asquerosa película: los espectadores esperaban que la feliz pareja saliera tomados de la mano y sonrientes anunciaran el inicio de un hermoso noviazgo, pero la venda que cubre los ojos humanos se haría presente, la mujer de piel blanca salió a los tres minutos todavía riendo y huyó inmediatamente del lugar. Los familiares y amigos miraron una escena dramática y catastrófica: vieron la primera lágrima que Boby derramaba causado por el doloroso y maldito rechazo.
A la mujer de piel blanca, Boby sacó inmediatamente de su corazón, al poco tiempo sostenía un tórrido romance con la mujer que le cortaba el cabello ocasionalmente. Estaban muy enamorados, Boby hablaba de ella como la más maravillosa y bella mujer que había conocido, presumía que se amaban desesperadamente y que hacían el amor como caracoles que se retuercen en sal a la luz del medio día. Boby por fin era completamente feliz y permanecería así por el resto de su vida. Ningún amigo o familiar de Boby vio alguna vez a la deseada y bella peluquera, es más, nadie en el mundo la ha visto, por que solo vive en la imaginación de Boby...
By Ezze F*ckin Osbourne.
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