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Manual para chalanes

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Manual para chalanes, son historias de la vida real, los nombres de los personajes han sido cambiados para no afectar su intimidad.

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Piel blanca.

¿Quién no ha querido a un perro? Son fieles, nobles como ningún amigo, tienes la certeza de que nunca te traicionarán, no hay mejor compañía y siempre te lamerán la mano cada vez que le des de comer. Así era Cecilio, apodado por sus camaradas escolares como "Boby", pues tenía todas las cualidades del mejor amigo del hombre. El joven bonachón tenía carisma y todos sus compañeros disfrutaban de su compañía, era amistoso pero muy respetuoso, todo un caballero. Al poco tiempo mucha gente en la escuela lo saludaba, tanto alumnos como maestros pasaban un buen rato conviviendo con Boby... el buen Boby.

Romántico a la antigüita, reservado con las féminas, experto en los sueños que llevan al insomnio y buen amigo de las ilusiones y la imaginación. Así era él, todas las noches se imaginaba teniendo a alguien que se preocupara por el, alguien para compartir sus anhelos e ideales, alguien que lo mimara, que aniquilara la soledad que le rodeaba, que le enseñara a montar bicicleta y que avivara el fuego de sus ojos.

Su madre presumía de tener al mejor hijo del mundo. Su padre y su hermano menor, sus mas allegados confidentes, amigos, consejeros y los mejores hombros que tenía Boby para recargar su cabeza al llorar. He visto el distanciamiento entre integrantes de una familia debido a la falta de comunicación, nadie se cuenta sus problemas, son como extraños viviendo juntos, pero este no era el caso de la familia de Boby, ¡Que mejor que tener a tus mejores amigos en casa!

Es increíble la venda que cubre los ojos de la gente, la estupidez nos obliga a tomar siempre el camino equivocado, a actuar en el momento menos indicado, y lo más doloroso, elegir a la persona que nos lastimará más: es casi una regla de la vida. Como si estuviéramos condenados a ser unos desgraciados obligados a maldecir cada segundo en que la falta de locura y la realidad se adueña de nuestra mente y nuestro corazón.

Boby tenía un buen amigo en el colegio, “Bravo” apodado así por el personaje caricaturesco Jony Bravo, pues todos los días vestía igual: playera negra y pantalón de mezclilla azul. Boby admiraba a Bravo, pues este último tocaba en una banda de Rock y tenía cierta suerte con las mujeres.

- Amigo mío, ¿Notaste la manera en que te miró la bella mujer que acaba de pasar a tu lado?– Preguntaba Boby a su amigo una tarde en la universidad.
- Simón, pero me vale madres, esa vieja no me gusta – Contestó Bravo demostrando el desprecio hacía la mujer que lo acababa de devorar con la mirada.

Boby quedó impresionado, la belleza de la mujer le parecía sobrenatural, en ese momento comenzó a imaginar la suavidad de su piel blanca, el aroma de su cabello y el calor de su vientre. “¡Que maravilla! ¡Que delicia! ¡Que mujer! ¡Que blancura!” se repetía Boby saboreándose en sus adentros los placeres que produciría el amor de aquella Afrodita.

- Padre mío, amado hermano... es indescriptible el amor que se desborda de mi corazón hacía aquel ser bípedo que me saca suspiros en las madrugadas y hace nacer el hombre grande y amoroso que traigo dentro, hipnotizado por la luz que irradia la blancura de su piel, el menear de sus caderas y el rebote de sus senos al caminar. ¡Ella tiene que ser mía! Y ustedes, sangre de mi sangre, me tienen que ayudar, saben que las mujeres no son mi fuerte, pero he visto muchas películas rosas y telenovelas del canal de las estrellas, y si es verdad todo lo que ahí pasa, no habrá problemas, claro, siguiendo mis planes, de que ella me entregue su corazón... Ya lo estoy vislumbrando, los dos besándonos a mitad del patio de la escuela, todos mis compañeros y maestros aplaudiéndonos y gritando a Dios y a los cuatro vientos nuestro amor, ¡Será el día mas feliz que cualquier hombre sobre la faz de la tierra haya vivido! Se que ustedes me quieren y desean mi felicidad incluso mas que yo, por eso estoy confiado que puedo contar con ustedes para llevar a cabo tan magnifico plan. Nada puede salir mal.

Boby contó su plan a su padre y hermano y a las pocas semanas, un salón de clases vacío se encontraba cerrado, se habían desconectado las lámparas y tenía cubiertas las ventanas con mantos de seda negra, de manera que la poca luz que alumbraba el salón provenía de grandes velas aromáticas ámbar que hacían resaltar los pétalos de rosas que delicadamente alfombraban el lugar, dando un ambiente romántico lleno de paz y magia. Las personas miraban asombradas lo que sucedía y sólo los amigos más cercanos de Boby sabían de qué se trataba. Cuando la hermosa mujer en cuestión se acercó para ver que pasaba, una bella melodía que provenía de la guitarra que tocaba el hermano menor hizo puntual aparición. Ante el asombro de toda la gente, apareció Boby intentando acompañar con voz la melodía que su hermano tocaba, cantando (o intentando cantar) una de las canciones mas cursis y melosas que se han escrito en jamás: “Vivo” de Fobia. La mujer de piel blanca, atónita, con los ojos más abiertos que nunca, se dio cuenta que lo ahí preparado era para ella, no pudo evitar soltar una leve carcajada, que al igual que los demás reían pues el canto nunca fue un don que se le diera a Boby. Terminado el show, el buen mozo invitó a pasar al salón tan particularmente decorado a su amada. El padre de Boby aguardaba al lado de una mesa con manteles largos, donde posaban gran variedad de finos platillos suculentos y una botella llena de un vino que parecía haber sido preparado y fermentado por los dioses. Así es, la familia de Boby había tirado la casa por la ventana con tal de complacer el original capricho del hijo mayor.

El padre de Boby sirvió el vino en dos copas y salió del salón, cerro la puerta y esperó afuera con toda le gente que nunca había presenciado un acto de amor tan romántico. Aquello parecía el final de una asquerosa película: los espectadores esperaban que la feliz pareja saliera tomados de la mano y sonrientes anunciaran el inicio de un hermoso noviazgo, pero la venda que cubre los ojos humanos se haría presente, la mujer de piel blanca salió a los tres minutos todavía riendo y huyó inmediatamente del lugar. Los familiares y amigos miraron una escena dramática y catastrófica: vieron la primera lágrima que Boby derramaba causado por el doloroso y maldito rechazo.

A la mujer de piel blanca, Boby sacó inmediatamente de su corazón, al poco tiempo sostenía un tórrido romance con la mujer que le cortaba el cabello ocasionalmente. Estaban muy enamorados, Boby hablaba de ella como la más maravillosa y bella mujer que había conocido, presumía que se amaban desesperadamente y que hacían el amor como caracoles que se retuercen en sal a la luz del medio día. Boby por fin era completamente feliz y permanecería así por el resto de su vida. Ningún amigo o familiar de Boby vio alguna vez a la deseada y bella peluquera, es más, nadie en el mundo la ha visto, por que solo vive en la imaginación de Boby...

By Ezze F*ckin Osbourne.
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#Posted on Friday, 14 March 2008 at 10:14 PM

Edited on Wednesday, 19 March 2008 at 10:09 PM

Careando a la muerte.

Cada partícula del reloj de arena ha ido descendiendo al abismo incomprensible del pasado y la desolación de la vida parece que ha decidido albergarse para siempre en la existencia de Rubeo. La inmolación de sus esperanzas es el alimento diario de su depresión. Los días se alumbran con radiaciones de un sol descolorido, opaco, que languidecen cada centímetro de su cuerpo. El color de la vida se tiñe con matices oscuros. Las estaciones del año parecen que se han estancado en el otoño, en donde las hojas marchitas representan cada una de sus ilusiones. La creencia en un ser supremo que remedia los males mundanos no tiene cabida ya en la mente de este miserable hombre. El latir de su corazón se ha vuelto más lento y callado, la sangre que lo nutre ha disminuido más su insana consistencia. La mente se le retuerce a cada minuto con el aquel trágico recuerdo de la pérdida de su amada.

Las escenas de ese terrible suceso habitan en su cabeza y se repiten a cada momento, haciendo de su realidad un montón de escombros de sus extintas alegrías. El inicio y el fin de esa funesta historia es un bucle infinito, comienza siempre con el trazo del rostro angelical de Bety, esbozando siempre una sonrisa de ternura celestial regida por un alma que desbordaba pureza e irradiaba una incorruptible inocencia, características atribuibles solamente a seres que viven en la vigilia carnal. El vaivén de los rizos de su cabello, permitían el paso de la luz que alumbraba la presencia de Rubeo. Los movimientos corporales, que iban en perfecta sincronía con la armonía de una vida etérea, arrebataban la total atención de su admirador. Sin duda alguna, ante los secos ojos de Rubeo, Bety cubría todas las características de una semidiosa y su sola presencia bastaba para que su vida cobrara sentido.

Soñando siempre con poseer su corazón, Rubeo, al anochecer, incluía en sus plegarias la intervención divina para persuadir a tan singular dama de sus sentimientos. Al llegar la mañana despertaba con la esperanza de que esa densa capa de humo que nublaba su imaginación pudiera desvanecerse y le permitiera encontrar el sendero que lo llevaría a descifrar la manera de cómo atravesar la barrera de la timidez. Pero como si el mensaje no hubiera llevado remitente, o como si su dios le hubiera dado la espalda, Rubeo día a día veía frustrado su deseo. Ante la incapacidad de obtener el valor suficiente para declarar su amor, este hombre llegó a la determinación de seguir siempre los pasos de Bety y conferirle su total compañía, anhelando que la mente de su amada pudiera percibir cada uno de sus callados sentimientos.

Los años se fueron consumiendo y la situación imperó de la misma manera. Rubeo solo se conformaba con ser el acompañante y confidente de Bety. Él se sacrificaba de mil maneras: Hacia sus tareas dejando mensajes de amor ocultos, -que siempre fueron imperceptibles para ella-, respondía sus exámenes, -expresando con palabras mudas lo que su voz no podía decir-. En más de una ocasión fue sorprendido y reprobado por estos hechos, pero el amor lo hacía resistir cualquier tipo de situación adversa. En su mundo solo habitaba ella y su felicidad, y eso era lo único que importaba

La marca de la felicidad trazada en la mano izquierda de Rubeo no esta completa ni sólidamente grabada, cruel presagio de que los días de gloría están a punto de partir. Los días amanecen nublados a pesar de que es primavera, la lluvia se hace presente en las mañanas y tardes, y en la noche un gélido frío asota a la humanidad. En la fecha trágica, Rubeo se encontraba sentado al lado de su amada en un laboratorio escolar, el tumulto le impedía percibir lo que el destino le tenía deparado. Un estruendo en el cielo advertía que se avecinaba una tormenta, la luz de un rayo dejó entrever la silueta de un joven en el umbral del lugar. Con pasos de “gran señor” se acercó a Bety, inclinó la cabeza hacia su oído, y con voz tenue le profirió unas cuantas sílabas. La amenaza de tormenta ahora se consuma y cae apocalípticamente. La amada de Rubén voltea para reconocer a quien la ha distraído. Su mirada queda absorta al ver el semblante del individuo, las ideas en su mente se extinguen en un abrir y cerrar de ojos, el ruido ha desaparecido por completo, su atención esta fija en los ojos del joven, el tiempo parece haberse detenido por completo. Emana dentro de sí, un sentimiento que le indica que ésta es la persona que ha sido predestinada para que ella comparta su vida y a la cual su amor debe ser entregado.

Rubeo, se percata del suceso, voltea, siente como una herida se abre dentro del corazón, su fuerza se ve extinta, su mente entra en estado de “shock”, siente como se desangra cada órgano vital internamente, sus ánimos se comprimen generándole un dolor en el pecho, quiere escupir la angustia pero la nobleza de su carácter se lo impide. La alteración le impide articular cualquier tipo de sonido, quiere llorar, pero ante la vergüenza, se contiene. La escena ha congelado sus sentidos más que el frío de la lluvia. La impotencia por la pérdida de su amor lo ha dejado abatido, siente cara a cara la muerte, su mundo se ha reducido a cenizas y su existencia ha quedado al borde del fallecimiento.

By: Abdjim Morrison
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#Posted on Friday, 07 March 2008 at 5:42 PM

El ganador de un Grammy.

Hola culeros, Bety era una chica tímida de estatura baja y enormes senos, piel blanca, unicejular, cabello negro, una sonrisa que embrujaba hasta al mas experimentado casanova, cariñosa, simpática, despistada e inteligente... todo lo que Rubén deseaba. Ellos eran buenos amigos, hacían los proyectos universitarios juntos, el la acompañaba a casa todos los días y ella lo despedía con un beso en la mejilla.

Rubén estaba perdidamente enamorado de ella, pero no se atrevía a declararlo por miedo a echar a perder la intima amistad que disfrutaban los jóvenes estudiantes. Pasaba el tiempo y el amor platónico de Rubén hacia su amiga iba en aumento, podía ver su despampanante sonrisa todas las noches al cerrar los ojos, sentía sus labios rozar sus mejillas al soñar y respiraba su cálido aliento al despertar. Rubén anhelaba su primer noviazgo, su primer beso. Su corazón era puro, ajeno a las malas tentaciones que la mayoría de las personas albergamos envueltos en lujuria y deseos carnales, el había jurado seguir siendo virgen hasta no contraer nupcias con Bety.

Ella en su distraído mundo lleno de tareas escolares y quehaceres domésticos, no se daba cuenta que Rubén suspiraba por ella. Las cartas de amor que Rubén le enviaba en calidad de “anónimo” la tenían sin cuidado, pues pensaba que el remitente debía ser un cobarde al no revelar su identidad.

Cierto día Bety llamó a Rubén por teléfono, se oía triste, Rubén tomó el primer pesero hacia la casa de su amada. “Acabo de ver al chavo que me gusta, y ya tiene novia”, confesó Bety con los ojos llenos de lagrimas mientras recargaba su cabeza en el hombro de su amigo y siguió: “La culpa la tengo yo, por que nunca le dije que me gustaba” Rubén se sintió el hombre mas feliz del mundo, el saber que daba consuelo y protección a la mujer que amaba era los mas gratificante que su corazón había experimentado hasta ese momento, una tormenta de alegría y esperanza inundaron su existencia.

Esa noche Rubén no pudo dormir, la idea de que el hombre que su amada deseaba no estaba disponible aparecía en su recámara como una luz espantando al sueño y alumbrando el camino hacia el insomnio. Resulta muy común ver personas que se alegran con la desgracia de otras, es parte de nuestra naturaleza humana: el morbo, el deseo de sangre, la envidia, ver ganadores destrozados y miserables mas carcomidos por el hambre... todo el opio con el que nos destruimos como humanos y nos alimentamos como bestias.

“¿Y si me pasa a mi?” Cayó como un balde de agua fría en las entrañas de Rubén, pues era posible que si no se atrevía a conquistar a Bety le pasaría lo mismo a él. Una angustia terrible se apoderó de su garganta, y en ese instante se decidió: al día siguiente haría a Bety su primera novia.

- Bety, quiero decirte algo muy importante. Decía Rubén a Bety al otro día en la escuela.
- ¿Qué pasó amigo?
- Desde hace mucho tiempo quiero confesarte algo, pero no me había atrevido, por miedo a...

El fuerte sonido de una silla arrastrándose por el suelo interrumpió la confesión de Rubén. Un joven delgado, moreno, poco agraciado y con apariencia desnutrida le pregunta a la pareja “¿Está ocupado este lugar?”, Bety muy sonriente y con un tono de coquetería en la voz respondió “No, no está ocupado, siéntate, ¿Eres nuevo en esta escuela vedad? no te había visto, ¿Cómo te llamas?”

Bety y el tipo nuevo comenzaron a platicar, ignorando por completo a Rubén que miraba con la cara de alguien que quiere estallar en llanto pero no se atreve por miedo a delatar su debilidad.

- Ayer ya no vi cuando te fuiste de la escuela. Reclamó Rubén a su amiga al día siguiente.
- Ay perdón amiguis, es que Juan Carlos me llevó hasta mi casa en su coche.
- Así que se llama Juan Carlos...
- Si, ¡es un amor, creo que estoy enamorada de nuevo!
- Pero como dices eso si lo acabas de conocer.
- Pues es que fue amor a primera vista, ¡Que feliz estoy! Pero dime amigo, hay algo que estabas diciendo ayer...
- Ah, es cierto! –
Rubén hace una larga pausa, suspira y continua:
- Te amo, estoy enamorado de ti, no quería decírtelo por miedo a echar a perder nuestra amistad, pero es la verdad, te amo y me gustaría que fuéramos novios.
- ¡Ay Rubén! Por favor no me salgas con eso, la verdad no se que decir. Aunque la verdad al principio de nuestra amistad tu también me gustabas, sentía algo por ti, pero con el tiempo te he llegado a querer como a un hermano.
- Pero Bety,¡ por favor!
- ¡Ya Rubén!
– interrumpió Bety con un grito. – Eres muy tierno, fiel a nuestra amistad y noble con las personas, por eso ahora solo te puedo ver como una... una... una mascota.

Rubén murió por dentro y nació Rubemo: a partir de ese momento ha intentado quitarse la vida de su cuerpo para reunirse con la de su alma en repetidas ocasiones. Nada lo hace feliz, lo único que desea es alardear con suicidarse, pero hasta el día de hoy no ha tenido el valor para hacerlo. Las palabras de Bety “Ahora solo te puedo ver como una mascota” causaron tanta mella en el espíritu de Rubén que decidió formar una banda de Rock emo llamada “ThE PeT fACe BoYs”, ganaron un Grammy latino por “mejor banda de rock gay” y su segundo disco esta por salir a la venta.

He aquí el Track List de su primera producción y una fotografía de la banda de Rubemo:

1. Mátenme por que me muero
2. Ayer me dijo un ave que me cortara
3. Rape me
4. P.J. Monterrey
5. Mi novia es una emo
6. Todas me abren
7. Born to be virgin
8. I hate myself and I want to die
9. Ingrata
10. Pégame pero no me dejes.
11. Mi mejor amigo es un narciso.
12. Te lloré todo un río.

By: Ezze Osbourne
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#Posted on Friday, 07 March 2008 at 5:40 PM

Edited on Saturday, 08 March 2008 at 1:23 AM

Ramoncito, el culpable.

Durante los primeros días de su infancia, “E.” era un niño considerado por todos los miembros de su familia como aquel con mayor gracia y carisma. Estaban de la mano la inocencia y la pureza de su espíritu. Su rostro irradiaba tan singular simpatía, que consternaba inclusive a todos aquellos acorazados de corazón, pero también provocaba la envidia de otros niños de su edad.

Sin duda alguna, lo que distinguía a “E.” de los demás niños eran esos abultados “cachetes” de la cara; siempre enrojecidos. Cuando regresaba de jugar, exageradamente aumentaban de tamaño.

Paralelamente a la época, existía un personaje televisivo de las mismas características que las de “E.” conocido con el nombre de “Kiko”. Tal parecía que el creador de este personaje se había inspirado completamente en el semblante de “E.” Esto generaba la burla de los demás niños de su edad, quienes día a día lo agobiaban con insultos y burlas. Pero ante su madre este defecto o atributo, si así se le quiere llamar, pasaba desapercibido, valía más el amor de madre que mil injurias hacia su hijo.

Otra característica de “E.” era su tamaño corporal notablemente desproporcionado de los demás. Lo largo de sus piernas lo hacían caminar y correr con torpeza. Cuando competía con sus amigos en las carreras, visitaba constantemente el suelo, ya que la coordinación de su cerebro con las piernas era casi nula. Estas escenas arrebataban las carcajadas de todos los presentes.

La asincronía en sus sentidos, provocada tal vez por el cúmulo de ideas en su cabeza o quizás porque su inteligencia lindaba con la idiotez, lo hacían pronunciar muchas veces palabras incoherentes y sin sentido, por lo que era muy común en él, confundir el significado de las palabras y entremezclar frases completamente opuestas.

Aún así, “E.” siempre conseguía el respeto de los demás niños sacando ventaja de su estatura. Bajo amenazas lograba controlar, al menos frente a el, los insultos de sus compañeros. Día a día se enorgullecía de ese falso respeto que le profesaban los demás. Rápidamente “E.” se creó la fama de “niño golpeador”, lo que alimentaba más su precoz ego.

Cierta mañana, “E.” alejado de su hogar y de visita con su prima “I”, 2 años mayor que el pero con la conciencia mucho más madura, resolvieron salir a jugar a aquella calle empedrada que se encontraba enfrente de la casa. “E.” haciendo gala de su sobrenombre, presumió a su prima sus dotes de golpeador y de “chico temido”. Ante la incredulidad de la niña, “E.” se dispuso a demostrar que el aparente temor que sus compañeros le demostraban no era obra de la casualidad, así que tomo por conejillo de indias a Ramoncito, vecino de “I.” reconocido por la gente por su baja estatura y peso, pero además por lo noble de su carácter.

Sin dudarlo “E.” se abalanzó sobre aquel niño indefenso, 2 años menor que él, convencido de que al primer golpe lo tendería en el piso sin darle oportunidad a ningún tipo de reacción. El movimiento frenético de su cuerpo congeniaba con la furia que se desprendía de sus ojos. Los dos brazos de “E.” se extendieron cual largos eran, para tomar de la ropa a Ramoncito y arrojarlo con saña al piso.
Ramoncito, movido por el miedo que le generaba la escena, reaccionó de manera inconciente. Ayudado únicamente por un recipiente de plástico que llevaba consigo, se inclinó rápidamente sobre un charco de agua estancada por la lluvia de un día anterior. Al tener a “E.” a tan solo unos centímetros de él, Ramoncito cerró los ojos, volteó la cara, con un brazo se cubrió el rostro y con el otro vertió sobre “E.” lo que había recogido de ese pequeño estanque de agua putrefacta que ahora se convertía en su único medio de salvación.

La mezcla de agua fétida combinada con tierra y algunas piedras pequeñas cubrieron completamente la cara y el pecho de “E.” dejándolo inmóvil. Como si la humedad de aquel líquido le hubiera refrescado la conciencia, “E.” durante unos segundos no tuvo reacción alguna, solo fijó los ojos en su débil oponente, esa expresión de furia se torno en un semblante de desasosiego, su carne se volvió trémula e intranquila movida por un sentimiento de derrota hasta entonces para él desconocido.

La suerte le dio la espalda a “E.”, ahora empapado con el agua del mismo color que el de sus intenciones, siente como los ojos se le van inundando precipitadamente de lágrimas sin que el pueda controlarlos. Comprende que lo que siente en esos momentos es una terrible humillación e inoportunamente sus ideas logran un consenso y le avisan que todos esos días ha vivido engañado bajo una falaz personalidad, que siempre ha sido y será el “hazme reír” de los demás.

Guiado por la derrota y la vergüenza, “E.” se entrega completamente al llanto, esperanzado en obtener de este hecho algún tipo de benevolencia por parte de los ahí presentes. Se lleva las manos al rostro, y ahora acompañando el llanto con alaridos regresa a casa de su prima corriendo. Este fatídico hecho marcará de ahora en adelante y para siempre la vida de “E.” y es quizás también el inicio de su miserable y raquítica existencia.

By: Abdjim Morrison
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#Posted on Tuesday, 04 March 2008 at 2:26 PM

Edited on Monday, 08 September 2008 at 6:16 PM

Imaginación piadosa.

"Che vieja, creo que se fue a ponerle con el Genaro..." le decía Sixto a Mauricio casi llorando en aquel bar sobre Ticoman, una tarde lluviosa después de haber hecho el último examen final del último semestre de la carrera de ingeniería en sistemas. Algunos dicen que los ingenieros son muy cuadrados y no tienen sentimientos, o si lo tienen, se encuentran muy escondidos y rara vez se asoman en forma de lágrimas. "¡Si ni tu vieja era, siempre te ha bateado como todas!" contestó Sixto con una expresión en la cara como burlándose de su "charolastra", palabra que usan todos los faltos de aventuras y vivencias que quieren ser como Diego Luna y Gael García en una mala película.

"Es que aquí la traigo, aquí la traigo", repetía Sixto mientras se golpeaba el pecho con el puño, como acostumbran hacer los buenos católicos cuando van a misa anhelando estar en una mejor vida cuando mueran, por que en esta tuvieron la desdicha de sentirse miserables. Pero Mauricio comenzó a ignorar a su "charolastra", su atención ha sido totalmente secuestrada por la chava menos fea del grupo de amigas que acaban de entrar al bar, sintiéndose una diva, con el cuello estirado a mas no poder, presumiendo las joyas de fantasía y el maquillaje sobrecargado, ella pasa a un lado del él sin notar su presencia.

Mientras el corazón de Sixto esta destrozado, Mauricio está desesperado por perder su virginidad con la primera mujer que se le ponga enfrente, o mejor dicho, con la que se deje. No es fácil pasar toda la vida deseando mujeres y que lo único que recibas de ellas sea su desprecio, poco a poco el deseo y el valor para acercarse a ellas se va marchitando. Aún cuando tenía su autoestima destrozada por los rechazos de todas las mujeres que alguna vez intentó seducir, tomó la decisión de invitar a bailar a la joven poco voluptuosa pero llena de gracia.

-¿Bailamos?
-Mmmmm... Está bien. Contestó Lupe después de titubear unos segundos.
-¿Cómo te llamas?
-Guadalupe, pero mis amigas me dicen Wanda. Mauricio no entendió el chiste y siguió.
-¿Cuántos años tienes?
-Veinte
-¿Y tienes novio?
-No. Terminé con el hace tres meses.


En ese momento la falta de experiencia para conquistar mujeres surtió efecto: Mauricio pensó que era el momento excelente para declararle su volátil amor, enredado y totalmente drogado por los aromas que Lupe desprendía al bailar esa bella melodía que acariciaban y aconsejaban la voluntad de Mauricio: "Procura coquetearme mas, y no reparo de lo que te haré, Procura ser parte de mí, Y te aseguro que me hundo en ti..."

-¿Quieres ser mi novia?

Lupe no pudo evitar soltar tremenda carcajada al escuchar esa frase tan inocente y llena de malas intenciones a la vez... "¡Jajajaja! ¿Cómo te atreves a decirme algo así si no nos conocemos? ¡Apenas llevamos dos minutos bailando y me sales con eso! Mejor vete a tu mesa amigo...”

-¿Ya te abrió? Preguntó Sixto a Mauricio cuando regresó a su mesa.
-Simón.
-¿Qué nos pasa? ¿Por qué todas las viejas con las que queremos nos abren?
-No lo sé charolastra, pero tarde o temprano llegará el momento de perder nuestra virginidad.


Pasaron las horas acompañadas del exceso de alcohol en los “charolastras”. Los corrieron del bar y decidieron largarse a un cuarto de hotel a seguir bebiendo, intentando calmar el dolor que causa el desprecio, pero antes pasaron a una farmacia a comprar condones por si se les atravesaba alguna prostituta, estaban decididos a acabar con la sequía de sexo, aunque tuvieran que pagar por los favores de alguna señorita con frió en las piernas.

Horas después, en Barranquilla #128, en “Canchola's”, el hotel mas barato de Indios Verdes, los amigos abrazados, se quejaban del rechazo que las féminas ejercían sobre ellos. Sin darse cuenta, al sentir el calor que su abrazo desprendió, sus labios se tocaban, estaban tan ebrios que su imaginación se apoderó de sus cuerpos y se dejaron llevar, visualizando en su mente a la mujer que por fin los aceptaba. Poco a poco la temperatura del cuarto subía y los instintos bizarros y torcidos de Mauricio y Sixto surgían cual erupción volcánica. Esa noche, una lluvia de esperma finalizó con la sequía de sexo que tanto odiaban, y como buenos “charolastras” jamás se volvieron a ver se volvieron a ver un par de años después.

By: Ezze Osbourne
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#Posted on Tuesday, 04 March 2008 at 2:22 PM

Edited on Thursday, 06 November 2008 at 9:01 PM

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